Cambiamos de tercio (otra vez) con algo "nuevo"...
Estas piezas son una manera "particular" de enfocar las cocciones negras y rojas.
Claramente inspiradas en los clásicos griegos, utilizando dos/tres
terras sigillatas diferentes (de aquellas que probamos hace... puff... un montón: véase
"pruebas minusculas").
![](https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhnkHgeWccCq2z0pXzt1Qfj03g2mPF7j1w3cZ4ciPrECJj2Y8BIAWpTgYS343F1rA8jSCz2NTE-d7lEMyHZj2zQv0SfiMwO4-aVAduWWoGY8J8Vxa4STr8qkCH-50YAgqIID84Jb916kQw/s320/griego_peque_antes.jpg)
Como iban a tener que soportar algo de "choque térmico", utilizamos barro refractario de chamota fina. Las bruñimos y aplicamos las terras. Fue trabajoso hacer los dibujos y grecas (por no hablar de la decisión de cuáles hacer). Después fueron al horno eléctrico a 930ºC.
![](https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgbw6JqJ_b7VKZNmlMtomLrDmjhm_ODbEr9lJtbrnxt5bgkEV-vP2c_qST7SlI_hPvQ3E58fiMU368zqA125qOi0W5nXSwcdh3DXeAUaPw1umczyAfWK8t0k3ycSLbMDgwrIqu0GOiClhI/s200/gaceta.jpg)
Cuando ya estaban bizcochadas las metimos al hornete de rakú (sí, a nuestro flamante hornete, otra vez). Las sacamos a 800º y las metimos a una "gaceta" (que en nuestro caso es una cazuela con tapa) con dos sarmientos pequeños. Cerramos y dejamos que con el mismo calor de las piezas se consumieran los palitos completamente.
Y, tras una corta (e impaciente) espera sacamos las piezas:
Como nos ha gustado la experiencia ¡repetiremos!