Tras un tiempo en el que una se siente extraña en un sitio nuevo, por fin puedo decir que mi nuevo taller y yo ya somos amigos. Y por lo tanto, he decidido darle identidad.
Por eso, le he estado haciendo este mural.
Han sido bastantes días de trabajo y de espera (por lo del secado).
El lugar elegido para su ubicación es esta fea fachada que tengo al lado de la puerta...
El asunto a tenido cierta polémica interna: unos piensan que ahí está muy bien y otros que está demasiado bajo y que se va a estropear. El tiempo dirá quién tenía razón.
Como no tengo laminadora (todavía, porque confío ciegamente en el conjunto de mentes y manos que me rodean), pues me ha tocado hacer las placas a mano, de dos en dos.
Pongo, a continuación, un resumen del proceso, por si a alguien le puede servir de ayuda:
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Corte de las placas con la plantilla. |
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"Matando" los vivos. |
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Vaciado por detrás. |
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Secado de placas, con el sistema de "la tortilla", o sea, vuelta y vuelta. |
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Comenzando con las letras. |
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Rayando la superficie para poner barro. |
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Dando vinagre para una buena adherencia. |
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Añadiendo barro, con paciencia. |
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Y así, una a una, todas las letras. |
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Cortando las uniones... |
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Rematando. |
Y está es la vista del conjunto:
No se pierdan nuestra próxima entrega de "cómo terminar el mural (sin que él termine contigo)".