Surfeando en la cresta de la crisis (y cruzando los dedos para no pegarnos un remojón...) vamos instalando el taller.
Nuestra siguiente dotación ha sido UN TORNO. Tras un tiempo de búsqueda infructuosa de un torno bueno, bonito y barato, nos decidimos a hacerlo nosotros mismos: no tendremos dinero, pero sí ingenio y determinación.
Con esto de la crisis, nos estamos haciendo superecológicos, reutilizando todo lo que podemos; así que, siguiendo esta filosofía, nos hemos hecho el auténtico torno de reciclaje; he de decir que este punto no es cierto del todo, porque el eje, los platos y los rodamientos son nuevos (¡que conste!)
Plato, dado la vuelta, con un casquillo soldado, para meter el eje. |
Rodamiento inferior. |
Rodamiento superior. |
Partiendo de la tapa de una mesa camilla del año de la tos, y utilizando
a modo de cincho una tira de tablero finito que nos sobró de hacer los
stands de las ferias, nos hicimos la rueda del torno.
Vista inferior: se ve el tablero de la camilla, al que hemos atornillado un plato con un cilindro soldado, al que irá sujeto el rodamiento de abajo. |
Le pusimos unos cuantos kilos de cemento para que tuviera peso y sirviera de rueda de inercia.
Y diréis "¿se les olvidó el vaso de cerveza metido en la rueda?". Pues no, lo metimos adrede, para el paso del eje.
Y aquí se ve la rueda ya acabada.
Secándose (...lo que tarda en secar el cemento en una primavera fría y lluviosa...)
Tras hacer la estructura del torno con hierros, por supuesto, reutilizados, nos dispusimos a colocar rodamientos y demás.
Colocamos el rodamiento superior atornillado al travesaño superior.
Los más observadores pensaréis "¿y por qué está cortado el hierro y soldada una pletina, en vez de estar atornillarlo directamente al travesaño?". ¡Curiosos! Fue un pequeño fallo de cálculo con la consiguiente rectificación..
Soldamos una pletina en el centro del travesaño inferior (en esta ocasión fue por el material del que disponíamos: el hierro no daba la anchura suficiente) y le atornillamos el rodamiento donde nos pedía el eje, para estar bien vertical.
Montamos la rueda y el eje (no sin esfuerzo).
Aquí veis el torno ya en su ser, pero sin el asiento.
Siguiente paso: colocar la estructura del asiento, darle una manita de pintura (que le mejora mucho el aspecto) y poner una bandeja para recoger la barbotina (un plato de tiesto de plástico).
Redoble de tambor:
¡¡Gran estreno!!
Posteriormente añadimos una mejora: pintamos la rueda con pintura antideslizante, para que no perdiera cemento al darle las patadas, pero como aún así perdía, terminamos por ponerle un suelo de goma.
Vista actual: evidentemente, ya está utilizado ;-)